Aún en pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos y científicos que ha tenido la humanidad, siguen existiendo muchos enigmas sin resolver. Uno de ellos es el Fosse Dionne, un pozo donde varias personas han muerto por descubrir su origen.
Fosse Dionne está ubicado en Francia, en el centro de un pueblo llamado Tonerre.
Durante años, los franceses también usaron este caudal como piscina pública y ahora es un sitio muy turístico de la región.
Parece increíble que en pleno 2022 aún nadie ni nada haya podido llegar al fondo del pozo, y es aún más impactante que personas hayan perdido la vida intentando desentrañar este misterio.
Su historia
El caudal se volvió un lugar turístico, no solo por el enigma que hay en él, sino porque tiene un camino trazado desde las más antiguas civilizaciones.
Según el medio ‘Clarín’, este pozo fue hallado, en un principio, por los romanos. Cuando ellos llegaron, el caudal ya estaba ahí y decidieron empezar a construir una civilización alrededor de él.
Durante años, los habitantes de Tonerre visitaban el lugar y utilizaban el agua para sus labores diarias como lavar, beber y bañarse. En ese entonces, el pozo no era considerado un misterio, por lo que nadie intentaba llegar al fondo del mismo.
Sin embargo, los romanos no fueron la única civilización que llegó y se asentó en este lugar. Se dice que los celtas también se instauraron allí. Durante siglos, consideraron que el agua del pozo era una fuente sagrada.
Posteriormente, el caudal pasó a estar en territorio francés. Por mucho tiempo, los habitantes del pueblo usaron sus aguas como una piscina pública y fue cuando se dieron cuenta que el fondo del pozo no estaba cerca.
Expediciones
Los ciudadanos de la región comenzaron a interesarse cada vez más en averiguar qué tan profundo era este lugar y cuánta agua contenía. Fue tanta la intriga que ellos mismos llevaron a buzos expertos para que inspeccionaran la zona.
Tal como lo explica el medio ‘La Razón’, en el año 1974, dos buzos profesionales llegaron a Tonerre para adentrarse en las aguas de este misterioso lugar.
Lamentablemente, después de que entraron, no pudieron volver a salir y perdiendo la vida en el intento.
Años más tarde, en 1996, las autoridades francesas contrataron a otro buzo profesional para que se sumergiera en el pozo hasta encontrar el fondo. Tristemente, él tampoco pudo dar solución a este enigma y falleció dentro del agua.
La última persona que intentó descubrir este misterio fue Pierre-Éric Deseigne, un buzo profesional que se adentró en las profundas aguas de Fosse Dionne en el año 2018.
Deseigne encontró cuevas, rocas calizas y estrechos pasajes, pero solo logró descender 70 metros. Luego de darse cuenta que apenas había recorrido una pequeña parte de las profundidades del pozo, tuvo que volver a la superficie.
Afortunadamente, el buzo logró sobrevivir a esta aventura, pero los habitantes de la región continuaron sin saber en dónde se encuentra el fondo de Fosse Dionne.
Las inundaciones que causa
Según ‘La Razón’, hoy en día, el pozo expulsa 311 litros de agua por segundo. Sin embargo, esta cantidad puede variar dependiendo de la época del año. En temporada de lluvias, puede llegar a expulsar hasta 3 mil litros.
Aunque no se ha llegado al nacimiento de este caudal, se sabe que Fosse Dionne es un manantial kárstico. Esto quiere decir que sus aguas provienen de una red de arroyos subterráneos, piedras calizas y cuevas de terrenos acuáticos irregulares.
Lo que caracteriza a este tipo de manantiales es que no hay un filtro que controle el paso de agua, por lo que, con el cambio de estaciones, las aguas del pozo se pueden desbordar fácilmente.
La población se ha visto afectada por el agua de Fosse Dionne, ya que a menudo causa inundaciones que impiden el tráfico en la zona.
A pesar de las complicaciones, este pozo es un lugar que recibe muchas visitas de turistas al año. La belleza de este lugar atrae a muchas personas, aunque muy pocos se atreven a mirar a dentro; mucho menos, a entrar en él. Es un misterio que seguirá estando oculto.