La vicepresidenta marchó en Cali y se dirigió a los presentes elogiando a los jóvenes de la Primera Línea, además de la clase trabajadora.

El Día Internacional del Trabajo en Colombia estuvo marcado por varios sucesos importantes para el pueblo colombiano y su clase trabajadora: la posesión de los nuevos ministros que llevan al gabinete del gobierno del presidente Gustavo Petro, el balconazo del primer mandatario desde la Casa de Nariño y las declaraciones de Francia Márquez durante las movilizaciones de este 1 de mayo, en conmemoración de los derechos alcanzados por los trabajadores del país.

La vicepresidenta participó de una de las marchas convocadas para este lunes en la ciudad de Cali, en horas de la mañana, e hizo su aparición pública en una tarima.

Desde allí no solo buscó dirigirse a los colombianos y a sus seguidores, a quienes les pidió un “minuto de aplausos por los hombres y mujeres trabajadoras” del país, sino que también manifestó públicamente su admiración hacia los jóvenes que integraron la Primera Línea en medio del Paro Nacional de 2019.

“No me da miedo decir aquí: ‘que viva la ‘primera línea’. A muchos de ellos los asesinaron, les sacaron los ojos, los encarcelaron y el pueblo hoy les dice ‘estamos con ustedes y no los olvidamos’. Por eso, cuando caminé con ellos me pedían educación y la reforma tributaria que se aprobó va dirigida a ese objetivo”, dijo Márquez.

En sus declaraciones también señaló que, normalmente se espera que la vicepresidenta se quede en la Casa Nariño, y no acompañe este tipo de eventos, idea que no comparte, pues ella siempre ha sido una mujer de “territorio” y del “pueblo”.

“Hay quienes dicen que por qué estoy aquí, porque esperan que me quede allá en la casa de Nariño metida, pues no y se jodieron porque yo soy una mujer de territorio, yo soy una mujer del pueblo y por eso hoy estoy con ustedes marchando, reivindicando los derechos de los trabajadores y trabajadores de este país”, explicó la coequipera del presidente Petro.

Además, aseguró que gobernar el país no ha sido cosa sencilla, puesto que al presidente, tras su llegada al poder, le “ha tocado pararse duro porque encontramos la corrupción en la educación, en la salud, en cada esquina de las instituciones del Estado. Hoy me alegra entregar las tierras a los campesinos que fueron expropiadas a los narcos”.