Pese a que se creyó que habían sido ocho los muertos en el ataque, el auxiliar Gustavo Esquivel sobrevivió.
Este “milagro”, como lo han catalogado sus familiares, causó gran impacto en el padre, Jesús María Esquivel, quien le contó a medios que su hijo le dijo en varias ocasiones que tenía miedo de trabajar en la zona, dado que “era peligrosa y no sabía qué podía pasar”.
Así mismo, el hombre relató que Gustavo se refirió en días pasados a un suceso en el que “habían tenido un altercado con los civiles y los habían amenazado”, pero no le dio muchos detalles del hecho.
Jesús María tiene cuatro hijos y Gustavo es el segundo, un hombre “muy educado” y “muy sencillo”. “Mi hijo es un milagro de Dios y no me gustaría que siguiera en la institución”, aseguró tras el atentado en el que murieron dos intendentes, dos patrulleros y tres auxiliares de la Policía. “Él siempre quiso ser un policía, me decía que estaba bien, que le tocaba muy duro estar en los entrenamientos”, relató el padre, agradeciendo a Dios que volverá a ver su hijo.