Las redes sociales han modificado la forma de comunicarse y son un espacio en el que la participación ciudadana se desarrolla y crece más día a día. No solo son una herramienta para hablar con nuestros conocidos, sino que sirven para llegar a gente a la que antes no podíamos llegar, a empresas grandes y pequeñas, colectivos, administraciones públicas o políticos. Y no solo a nivel local, sino también a nivel global.
La incidencia de las redes sociales como elemento de participación ciudadana se hizo patente en los inicios de 2011 cuando se produjo la Primavera Árabe, una serie de movimientos de la ciudadanía que buscaban la mejora de sus derechos. Fueron promovidos a través de las redes y condujeron a la caída de las dictaduras en Túnez y Egipto.
La articulación de estos procesos participativos de alta convocatoria y gran rapidez de formación se produce principalmente a través de Facebook y Twitter, pese a que Whatsapp y el correo electrónico siguen teniendo una gran importancia.
Las redes sociales logran que los problemas locales sean temas sobre los que se hable y debata a nivel global, transmitiéndose de forma viral entre la población de todo el mundo; especialmente entre los más jóvenes que siempre están conectados y son muy activos.
Son una herramienta potente donde cada persona manifiesta lo que opina libremente, ya sea con un texto, imagen o vídeo propio, pudiendo ser cada uno de nosotros un líder de opinión que comparte contenidos de interés y genera una inteligencia colectiva que deriva en una sociedad más activa y preocupada por sus derechos y por los derechos de quienes les rodean.
Estas redes han alentado a la ciudadanía para que se sienta partícipe de las ciudades o pueblos donde viven, algo que se había perdido y que se rescata con este nuevo espíritu social.
Vista la relevancia de las redes sociales y la participación activa que proporcionan, los entes públicos han actuado en consecuencia, activando nuevos canales directos de comunicación entre ellos y la ciudadanía.
Tanto es así, que en la actualidad la mayoría de los ayuntamientos comunica lo que hace a través de sus redes sociales y promueve que sus vecinos participen y opinen en ellas. estableciendo canales directos con la ciudadanía.
“Las redes sociales se han convertido en un altavoz para la ciudadanía y son el nuevo pregonero para los ayuntamientos.”
Es una red muy utilizada para tratar problemas actuales, compartir y conocer lo que está pasando al instante. Las administraciones públicas la usan para comunicar las acciones que están llevando a cabo en el mismo momento en que las realizan. También es importante para recibir sugerencias, quejas, opiniones de la ciudadanía y actuar en consecuencia.
En los 140 caracteres de un tweet, un ciudadano puede pedir que recojan un cubo de papel que está rebosando o que reparen un desperfecto en la iluminación. Recibes respuesta del ente público con un número de incidencia y compruebas la rapidez con la que funciona el sistema.
Hay que destacar la posibilidad de hacer encuestas y los buenos resultados de participación que se registran en preguntas abiertas.
Además, el uso de hashtags conlleva que se generen debates en torno a temas concretos.
Una red social ideal para compartir contenido más extenso, que las entidades públicas utilizan para mostrar actos culturales, abrir propuestas de consulta ciudadana y mostrar acciones que se llevan a cabo en su territorio.
La respuesta de la ciudadanía en Facebook es rápida, es capaz de mover una acción de interés o que cause revuelo y viralizarla porque prácticamente todos estamos en esta red social y la usamos a diario una gran mayoría.
La participación ciudadana se produce a través de publicaciones en un muro que se mueven entre conocidos, en respuesta a publicaciones con las que estamos de acuerdo o en desacuerdo y también se participa en grupos y eventos que se generan desde la propia herramienta.
Es muy común que cada barrio, distrito, pueblo o ciudad cuente con grupos en Facebook donde se habla de los problemas diarios del lugar donde se vive, se aportan soluciones compartiendo experiencias, se discute sobre la forma de actuar o se informa de lo que pasa cerca de nuestros hogares o lugares de trabajo.
➡ YOUTUBE
Youtube se ha hecho muy viral como red para compartir vídeos con experiencias de nuestra vida diaria, los conocimientos que tenemos y cómo ayudar a resolver determinados problemas o mostrar ese proyecto que estamos llevando a cabo.
Como ejemplo, para conocer el proceso participativo de Decide Madrid e incitar a que la gente proponga sus ideas y propuestas, el ayuntamiento de Madrid hizo un spot con un personaje muy conocido, Joaquín Reyes, que representaba al ciudadano Blas Bonilla.
Y todos recordaremos el ejemplo simpático de una familia mexicana que invitaba a través de un vídeo a que todo el mundo fuera a la fiesta de cumpleaños de su hija de 15 años y logró que 1,2 millones de personas confirmaran su asistencia (enlace a noticia).
➡ WHATSAPP Y TELEGRAM
Ambas aplicaciones se han erigido como elementos de participación ciudadana constante. Telegram es utilizado por ayuntamientos, partidos y políticos para mostrar lo que se lleva a cabo, siendo una buena herramienta para compartir archivos y trabajar en grupo.
Mientras que el uso de Whatsapp está muy extendido y es una herramienta fundamental con la que movilizar a la ciudadanía. Whatsapp también es utilizado por programas de TV y radio como herramienta para conocer la opinión pública y que esta comparta los sucesos relevantes que ocurren a su alrededor, a su vez es usado por entidades públicas como canal directo con el ciudadano.
Fuente consultada: IEBS