Facebook acaba de anunciar que contratará a 10.000 personas en Europa para desarrollar el «metaverso».

¿Pero de qué trata exactamente este concepto que acapara cada vez más titulares, concentra más inversión de grandes compañías tecnológicas y se describe como la próxima gran frontera del mundo digital?

¿Qué es el metaverso?

Es aún una idea en desarrollo y alguien ajeno a la industria le podría parecer simplemente una versión mejorada de la realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés).

Pero los expertos dicen que será a la VR lo que los smartphones fueron, en términos de revolución tecnológica, a los rudimentarios primeros teléfonos inteligentes.

A este universo virtual se accedería con un visor de VR y probablemente con un avatar en 3D, y conectaría todo tipo de entornos digitales.

A diferencia de la realidad virtual actual, que se utiliza principalmente para los videojuegos, el metaverso se usaría pues para todo tipo de actividades: trabajo, juegos, conciertos, cine o simplemente para pasar el rato.

¿Por qué se volvió importante de repente?

El interés por los mundos digitales y la realidad aumentada resurge cada tanto en cuanto.

Y ahora hay un gran entusiasmo por el metaverso entre los inversores con gran capital y los gigantes de tecnológicos. Nadie quiere quedarse atrás si resulta ser el futuro de internet.

Además, por primera vez existe la sensación de que la tecnología necesaria está casi lista, con los avances en los juegos de realidad virtual y la conectividad.

¿Por qué está involucrado Facebook?

Facebook ha hecho de la construcción del metaverso una de sus grandes prioridades.

Ha invertido mucho en realidad virtual a través de su dispositivo Oculus, que es más barato que el de sus rivales.

Según los analistas, el precio podría estar causando pérdidas a la compañía, que a cambio consigue que el visor de su marca llegue a más personas.

También está creando aplicaciones de realidad virtual para reuniones sociales y para el lugar de trabajo, incluidas las que permiten interactuar con el mundo real.

A pesar de su historial de adquirir a las compañía rivales, Facebook afirma que el metaverso «no será construido de la noche a la mañana por una sola empresa» y ha prometido colaborar con el sector.

Recientemente ha invertido US$50 millones en financiar grupos sin fines de lucro para ayudar a «construir el metaverso de manera responsable».

Aunque la red social cree que tardará entre 10 y 15 años en consolidarse.

¿Quién más está interesado en el metaverso?

Tim Sweeney, el director de Epic Games (propietario de Fortnite), lleva tiempo hablando de sus aspiraciones en relación con esta tecnología.

Los juegos multijugador en línea comparten mundos interactivos desde hace décadas.

No son el metaverso, pero tienen algunas ideas en común con él.

En los últimos años, Fortnite expandió su producto, organizó conciertos, eventos de marca y muchas más cosas dentro de su propio mundo digital.

Otros videojuegos también se están acercando a una idea de metaverso.

Roblox, por ejemplo, es una plataforma con miles de juegos que están conectados a un único ecosistema más grande.

Mientras tanto, Unity, una plataforma de desarrollo 3D, está invirtiendo en «gemelos digitales», copias digitales del mundo real.

Y la empresa de gráficos Nvidia está construyendo su «Omniverso», que describe como una plataforma para conectar mundos virtuales 3D.

Entonces, ¿se trata de videojuegos?

No.

Aunque hay ideas distintas sobre lo que podría ser el metaverso, la mayoría ven la interacción social humana como el núcleo de todo.

Facebook, por ejemplo, ha estado experimentando con una aplicación de reuniones de realidad virtual llamada Workplace y un espacio social llamado Horizons en las que se utilizan avatares.

Otra aplicación de realidad virtual, VRChat, se centra por completo en pasar el rato on line y charlar, sin otro objetivo o propósito que no sea explorar entornos y conocer gente.

Y puede que haya toda una serie de aplicaciones posibles aún por descubrir.

En esa línea, Sweeney le dijo recientemente a The Washington Post que imagina un mundo en el que un fabricante de automóviles que intenta anunciar un nuevo modelo «preste su automóvil en el mundo virtual y deje conducirlo».

Quizás cuando vayas de compras por internet, primero te pruebes la ropa en versión digital y luego la pidas para que te llegue en el mundo real.

¿Existe ya la tecnología para desarrollarlo?

La realidad virtual ha recorrido un largo camino en los últimos años.

Existen dispositivos de alta gama que pueden engañar al ojo humano para que vea en 3D mientras el jugador se mueve por un mundo virtual.

También se ha vuelto más común: el casco para juegos de realidad virtual Oculus Quest 2 fue un popular regalo en la Navidad de 2020.

La explosión del interés por los NFT, que pueden proporcionar una forma de rastrear de manera confiable la propiedad de bienes digitales, podría ser una muestra de cómo funcionaría una economía virtual.

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Y los mundos digitales más avanzados necesitarán una conectividad mejor, más consistente y más móvil, algo que podría resolverse con el lanzamiento de 5G.

Por ahora, sin embargo, está todo en una etapa inicial.

La evolución del metaverso, si es que ocurre, se librará entre los gigantes tecnológicos durante la próxima década, o tal vez incluso más.