Recientemente, se dio a conocer el caso de un joven colombiano quien, seducido por el discurso del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y la aparente sensación de seguridad que se vive, decidió migrar hacia esa nación centroamericana. Sin embargo, terminó en una de las megacárceles al ser considerado un pandillero.

Se trata de José Antonio Potes Cáez, un joven de 27 años nacido en Río Frío (Valle del Cauca), quien viajó hacia El Salvador con el fin de buscar mejores oportunidades económicas para así poder ayudarle a su mamá, Eliana Potes; a su pareja, Claudia Marcela García, y a su hijo de 4 años.

A su llegada a ese país fue detenido por los militares que no explicaron la razón de su detención. Según pudieron conocer, el joven colombiano fue dirigido a una de las megacárceles fabricadas por Buekele sin ningún tipo de comunicación.

Posteriormente, Claudia Marcela, la pareja de Potes, indicó, en diálogo con Noticias Uno, que lo acusaban de pertenecer a la “mara 18 Colombia”. Indican que la razón por la que lo habrían tomado como pandillero es porque lleva un tatuaje en su pecho.

Su madre explicó que es el único tatuaje que tiene en su cuerpo. En él está el nombre y las fechas de nacimiento y fallecimiento de la abuela del joven. También se pudo conocer que José Antonio Pote no tiene antecedentes penales en Colombia.

En Colombia, desde los sectores de oposición han celebrado las medidas de Bukele con las que ha logrado reducir los índices de violencia en El Salvador. Sin embargo, otros sectores, incluido el presidente Petro, han rechazo las medidas evocando el respeto a los derechos humanos.

¿Cuál es la situación en El Salvador?
El presidente Bukele le ha atribuido la reducción en el número de homicidios al régimen de excepción que impuso y con el que ha suspendido garantías constitucionales para combatir a las pandillas.

El régimen de excepción suspende derechos constitucionales, como el de la defensa e inviolabilidad de las telecomunicaciones, además de que la detención administrativa pasa de 3 días a un máximo de 15 días.

Según ha indicado el mandatario, esas medidas han garantizado que a cierre del 2022 se registraran 496 muertes. Esa cifra de homicidios es la más baja desde 2019, año en que Bukele llegó a la Presidencia.

En 2019 se registraron más de 2.390 muertes. En 2020, el número fue de más de 1.340 asesinatos, atribuidos principalmente a las pandillas.

El Salvador llegó a tener cifras de 103 homicidios por cada cien mil habitantes entre 2015 y 2016. La mayoría de las muertes atribuidas a las pandillas.

El 2015 fue el año más violento de su historia reciente. Pero en 2016 la cifra comenzó a bajar y continuó con la llegada de Bukele.

La polémica medida del régimen de excepción cumple ya un año de su implementación. Con ella, el Gobierno ha logrado capturar a más de 65 mil personas acusadas de pertenecer o colaborar con las pandillas. A muchos de ellos los reconocen por los tatuajes característicos en sus cuerpos.

Fuente consultada: Última hora Colombia