Una vibrante energía recorre las calles del Putumayo. Los últimos días del año son quizás los mejores para la candidatura de Jhon Gabriel Molina que ha tomado un impulso innegable, consolidando un apoyo que se siente en cada rincón del departamento.

Líderes del alto, medio y bajo Putumayo han llegado para expresarle su respaldo, sumándose a una ola amarilla que parece crecer día a día.

No son solo las figuras políticas las que reconocen el potencial de Jhon Gabriel. En las conversaciones cotidianas, desde los taxis hasta los hogares, se percibe un ambiente favorable hacia el candidato.

Los taxistas, con el oído siempre atento al pulso de la calle, lo comentan en cada carrera. Las amas de casa, en sus charlas informales, analizan sus propuestas. Los jóvenes, con la esperanza de un futuro mejor, ven en él una oportunidad.

¿Qué hay detrás de este fenómeno?

Sin duda, Jhon Gabriel ha logrado una mayor cercanía con la gente, eso sumado a su capacidad de escucha y su compromiso con las necesidades del territorio, son factores clave. Su propuesta, centrada en el desarrollo económico, la defensa del territorio y la inclusión social, resuena con fuerza en una población que anhela un cambio real para romper con la hegemonía que viene gobernando al Putumayo.

A medida que se acerca la fecha de las elecciones, la expectativa aumenta. El Putumayo se encuentra en un momento crucial, y la posibilidad de que Jhon Gabriel Molina lidere un nuevo capítulo en su historia está latente. El «sí se puede» se escucha cada vez más fuerte, y la ola amarilla pinta de esperanza el futuro del departamento.