El dato de inflación anual para octubre, que llegó a 12,22 %, no solo fue ligeramente superior a las expectativas del mercado, sino que marcó una nueva base para la discusión del salario mínimo que iniciará en forma en los primeros días de diciembre.

 

La cifra es la más alta en 22 años, y también llevaría a que el incremento salarial se asemeje a las proporciones de hace dos décadas. Los expertos consideran que podría estar entre 13 % y 18 %, pero también que un alza muy marcada tendría efectos negativos en la economía nacional.

 

Según Santamaría, si bien la inflación ya está en un nivel alto, y si se suman al menos 1,5 puntos porcentuales (pps) adicionales por el lado de la productividad, el aumento salarial sería a lo sumo de 13 %. “Por ahí nos tenemos que quedar, si nos vamos por encima de eso vamos a lograr un efecto muy negativo, este es el momento para ser responsables”, dijo.

 

Pese a ello, consideró que el incremento estará más hacia un 15 % y reiteró que esto incide en los costos laborales de las empresas y, por ende, en la contratación formal. Por ley, el aumento del mínimo no puede ser inferior a la inflación causada y normalmente hay unos puntos adicionales por productividad laboral. De allí que las últimas cifras de la variación del Índice de Precios del Consumidor (IPC) ya marquen la base con que negociará la mesa de concertación.