El persistente invierno y la falta de herramientas de trabajo han impedido las tareas de búsqueda de la menor de edad en una extensa zona del municipio de San Pablo, en Nariño, luego de la avalancha ocasionada por la creciente súbita de la quebrada La Brisa en la tarde del pasado viernes.

“Este 20 de febrero continuaremos la búsqueda de mi sobrina Gabriela Gálvez en San Pablo, agradezco a todos por su apoyo”, escribió a través de una de las redes sociales Cristina Escobar, tía de la niña de 8 años de edad desaparecida desde el momento en que ocurrió la grave emergencia.

Según la revelación del comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Pablo, subteniente José Harold Figueroa, el principal objetivo que se han propuesto los organismos de socorro es encontrar a la niña, a pesar de los inconvenientes que se han registrado en la zona.

Casi un centenar de socorristas con el apoyo de miembros de la Fuerza Pública adelantan las labores que permitan encontrar muy pronto a la niña.

“Lastimosamente no hemos podido encontrarla hasta el momento”, aseguró y confesó que las necesidades que tienen los organismos de socorro en la actualidad se concentran en la falta de herramientas de trabajo como cuerdas o manilas y motosierras, que permitan atender de una manera más eficiente y rápida esta clase de emergencias provocadas por la naturaleza.

Aunque recientemente la Dirección General de Bomberos hizo la entrega al municipio de un kit de rescate vertical, agregó que “hay otros organismos de socorro que no tienen esos equipos, lo que significa que hay una gran falencia”.

Pero la otra dificultad que están enfrentando los socorristas y efectivos de la Policía Nacional y Ejército es que las intensas lluvias no paran en el municipio, “esa misma quebrada en el momento menos pensado se puede crecer, entonces ponemos en riesgo a nuestras unidades”.

La quebrada La Brisa que ocasionó la avalancha desemboca en el río Mayo que en este momento registra un caudal muy alto por las permanentes lluvias, “lo que nosotros queremos es que su nivel baje para poder continuar la búsqueda de la niña”.

Los pronósticos del IDEAM en cuanto al tiempo se refiere en la región no son muy favorables, de acuerdo al comandante “parece que se puedan presentar lluvias mucho más intensas en las horas de la tarde de este domingo, entonces tendríamos que suspender la búsqueda”.

Por lo pronto los socorristas del Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil y del Ejército Nacional avanzan en las tareas de búsqueda, siempre y cuando las condiciones del clima lo permiten en tres zonas distintas que se han identificado; la primera abarca desde el puente Los Samanes, donde la niña desapareció, hasta El Cementerio; la segunda va desde El Cementerio hasta la el sector de La Represa y la tercera desde La Represa hasta La Chorrera.

El balance preliminar

Según el balance preliminar que las autoridades han logrado establecer, la emergencia en esa localidad nariñense deja 16 barrios afectados, 350 viviendas con daños, en 12 veredas hay dificultades en las vías de comunicación y el acueducto que abastece a la población también está fuera de servicio, por lo que ahora se suministra el agua a los habitantes con carrotanques.

El gobernador de Nariño, Jhon Rojas, quien se encuentra en es localidad del norte del departamento desde el sábado, expresó que “hacemos un llamado a la solidaridad ya que el ancianato está afectado y los ancianitos se encuentran en este momento en la casa cural”.

Puso de presente que la población en riesgo fue trasladada temporalmente al Colegio Normal, al tiempo que se avanza en el restablecimiento del servicio de agua potable.

“Se hace una visita técnica para determinar la posibilidad de retorno de la comunidad, siempre y cuando no haya riesgo por posibles nuevos deslizamientos”, dijo el mandatario seccional.

Desde la ciudad de Pasto se movilizó el sábado un carro tanque del Cuerpo de Bomberos con capacidad de 2.700 galones, al igual que 2 volquetas y 1 pelotón del Batallón de Ingenieros No. 23, con el fin de ayudar en las labores de limpieza de las vías y de las viviendas.

Milena Ortega, propietaria de una tienda que pudo observar con impotencia cómo la fuerza de la corriente de la quebrada pasaba por su casa arrastrando cuantas motocicletas y bicicletas encontraba en su camino, comentó que “nunca antes habíamos visto esto aquí, fue horrible porque no paraba de llover y muchos de los vecinos intentaban recuperar sus motos pero no pudieron”.