Los ciudadanos siguen denunciado casos de estafas a través de la aplicación WhatsApp que está siendo utilizada por delincuentes para cometer toda clase de delitos. Evite caer en las redes.
Una mujer de Bogotá denunció que ‘hackearon’ su cuenta de esta plataforma. “El usuario del 3125397092 suplantó mi chat, me decía que tenía que cambiar mi número por este, les enviaron mensajes a más de 200 contactos entre familiares, amigos y compañeros de trabajo y a varios le pidieron dinero a mi nombre”.
Los delincuentes daban cuentas de Nequi o Daviplata para que a través de estos medios les hicieran consignaciones. “El robo puede superar los cinco millones de pesos. Me parece terrible, yo en ningún momento he cambiado mi número. También han intentado ‘hackear’ mi cuenta de banco”, relató la víctima.
Esta mujer se dio cuenta por los reportes en su teléfono desde el viernes 30 de julio. “Un familiar que es ingeniero de sistemas me alertó y me dijo cómo proceder. Hay que tener mucho cuidado con las suplantaciones”.
Dean Chaparro, otro ciudadano, denunció que lo han estado llamando para ofrecerle dólares. “Les envié una consignación falsa y siguen ofreciendo más dólares. Menos mal me di cuenta de la estafa, pero siguen con el celular activo, no voy a la Policía porque no me han robado nada, pero las autoridades deberían asumir una unidad especial de rastreo de llamadas”.
Hace doce días un médico, que prefiere ocultar su identidad, recibió un saludo muy cordial a través de su chat de WhatsApp, algo normal en su cotidianidad porque es un cirujano plástico que recibe muchas notificaciones de sus clientes.
Le generó confianza que lo saludaran con nombre propio. “*Fernando, ¿Cómo va la vida?”, le dijeron. En ese momento pensó que se trataba de algún paciente pero cuando abrió el perfil de quien supuestamente le escribía se trataba de un personaje reconocido. “Yo conozco a esa familia. No somos amigos íntimos pero sí los reconozco, eso me generó mucha más tranquilidad. Además ella ha tenido cargos públicos importantes”. Nunca sospechó que se podía tratar de una suplantación de identidad.
Luego, esta misma persona le dice que está buscando a personas interesadas en comprar dólares a través de la aplicación Zelle, un sistema de pago electrónico con sede en Estados Unidos propiedad de Early Warming Services, una empresa privada de servicios financieros de varios bancos.
Rápidamente le detalló que se trataba de 920 dólares. “Yo le dije que sí se los compraba y él me dio el nombre de dos supuestos empleados suyos, sus cédulas y su número de cuenta en Bancolombia. Asumí que había trazabilidad y, lamentablemente, no me generó ninguna sospecha”.
Tras finiquitar la llamada, Fernando entró a cirugía y le dijo a su asistente que se encargara de todo. De hecho, ella le pregunta si tiene más dólares. Él le dice que sí.
Este médico tiene a su hija estudiando en el exterior y suele hacer este tipo de transacciones todo el tiempo. “Cuando fui a revisar si me había llegado el dinero, me di cuenta de que no había recibido nada. Le pregunto a la persona y esta me manda pantallazos de las transferencias. Luego de un rato me dice que va a llamar al banco al siguiente día, y con eso no me quedó nada más que esperar”.
Pero, al día siguiente, se dio cuenta de que habían desocupado sus cuentas. “Solo pude bloquear la de un banco, Inmediatamente denuncié el caso en una página de la Policía Nacional. Busqué los nombres de los tipos y ninguno tenía antecedentes”.
Luego investigó a las dos personas que le habían recomendado en Facebook y se dio cuenta que estaban conectadas en esa red social. “Todo eso se lo comenté a personal de la Policía”.
Lo peor de todo es que cuando este médico socializó lo que le pasó con algunos conocidos, el mismo personaje seguía intentando estafar a otras personas. “Ese mismo tipo se comunicó con un amigo. Yo no puedo creer que en pleno siglo XXI la Policía no pueda intervenir un celular, ver cuál fue la participación de la banca, la trazabilidad de los movimientos. Estamos viviendo en un mundo de hampones”.
Este profesional aún guarda las fotos de quienes se comunicaron con él. Solo espera que las autoridades desarticulen esta banda. Hoy los fiscales delegados no han autorizado el bloqueo de los números celulares de los delincuentes. «Siguen robando con el mismo número», contó la víctima.
La coronel Sandra Lancheros, de la Policía Metropolitana de Bogotá, recomienda a los ciudadanos no ingresar a links de dudosa reputación que lleguen a través de chats o correos electrónicos. “Tampoco hay que darles información personal a personas o usuarios desconocidos”.
Fuente: El Tiempo