Un incendio en el norte de California (EE. UU.) multiplicó su tamaño por 24 en los últimos dos días, lo que ha obligado la evacuación de casi 25.000 residentes en total.
Este fuego, bautizado como Caldor, ha sido impulsado por el viento y las condiciones secas de la zona este de Sacramento (California) hasta quemar más de 25.300 hectáreas, según datos del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Hasta ahora, los bomberos no han sido capaces de superar el 0% de contención de un fuego que empezó a arder el pasado sábado por causas todavía desconocidas. Este fuego es el mismo que el pasado lunes arrasó un pueblo de 1.200 habitantes.
De acuerdo con medios locales, muy pocas casas quedaron en pie en la localidad de Grizzly Flats tras el paso de las llamas, que también quemaron una oficina de correos, una escuela primaria y la mayoría de postes eléctricos del pueblo. A pesar de la magnitud de los daños materiales, no hubo ninguna víctima mortal.
Ante esta situación, el gobernador californiano, Gavin Newsom, declaró el martes el estado de emergencia para el condado de El Dorado debido al incendio, que devastó Grizzly Flats, unos 100 kilómetros al este de Sacramento.
A estas horas, y según datos de la oficina del gobernador, hay más de 35.000 personas evacuadas en todo el estado. Esto incluye a más de 7.000 residentes que han sido evacuados en las últimas horas por la proximidad del incendio Dixie, el segundo fuego más grande de la historia registrado en California.
Este incendio ha quemado más de 274.526 hectáreas en los 36 días que lleva activo y solo ha sido contenido en un 31 %, a pesar del constante esfuerzo de los casi 6.200 bomberos desplegados en la zona.
Desde que empezó a arder el pasado 14 de julio, Dixie ha destruido cerca de 1.200 edificios, al menos 635 de los cuales eran casas, de acuerdo al Cal Fire. A principios de este mes, arrasó en gran medida la población de Greenville, de unos 1.100 residentes.
Los avances contra las llamas del Dixie han sido escasos y lentos en los últimos días debido principalmente a las condiciones meteorológicas adversas. Las elevadas temperaturas, la poca humedad y los intensos vientos han entorpecido las labores de los servicios de emergencia.